Mi primer clase sobre fotografía, además de los prefijados conceptos de qué es una fotografía, versó sobre la composición, esa regla bendita que sepulta o exhalta tus fotos y que sin grandes artilugios o toques mágicos permite pasar desapercibido o captar la atención. Lo cierto es que una buena composición puede convertir tu foto en pura noticia, o un fútil juego de aficionados.
Para el fotógrafo Rafael Martínez Arias, del semanario La Demajagua,en la sur oriental provincia de Granma, Cuba, “La composición lo es todo. Te permite poner o quitar elementos, que bien ubicados, se convierten en foco de interés.”
Rafa lo resume de una manera muy particular: “la composición hace posible una foto elegante.”
Lograr una buena composición implica aplicar a cabalidad la regla de los tercios, aunque está demás decir que las reglas están para romperse.
La regla de los tercios es, probablemente, el primer recurso compositivo que uno aprende en fotografía. Se usa para ordenar objetos dentro de la imagen. 
A decir de wikipedia, los fotógrafos y pintores emplean los cuatro puntos de intersección para ubicar en ellos el centro de atención de la composición y así crear una imagen estéticamente agradable y equilibrada.
El sitio digital http://www.dzoom.org.es, enfatiza que es “un medio simple de aproximación a la proporción áurea, una distribución del espacio dentro de la imagen que genera una mayor atracción respecto al centro de interés.”
Leonardo da Vinci investigó los principios que se esconden bajo nuestra noción de belleza y armonía y lo llamó Sección Áurea. Mucho antes que él, sin embargo, en Babilonia, Egipto y en la antigua Grecia los arquitectos y artistas ya usaban esta regla y proporción áurea en sus creaciones.
¿Cómo aplicarla? He ahí el dilema
Al respecto el sitio digital dzoom, expone: “La regla de los tercios consiste en dividir la imagen en tres tercios imaginarios horizontales y verticales, o sea, nueve cuadros. Los cuatro puntos de intersección de estas líneas fijan los puntos adecuados para situar el punto o puntos de interés de la foto, alejando éste del centro de la fotografía.
“Normalmente el punto de atención o el sujeto principal se coloca en cualquiera de los cuatro puntos y si existiese un segundo punto de atención, éste se ubicaría al lado opuesto diagonalmente, es decir, el punto opuesto.
“Cada uno de estos cuatro puntos de intersección se denominan puntos fuertes. Cuando estemos haciendo una foto, si solo existe un único punto de interés, es preferible situarlo en uno de los cuatro puntos de intersección mencionados en lugar de hacerlo directamente en el centro de la foto. Esto suele generar mayor atracción en el espectador que cuando el centro de interés esta en el mismo centro de la 
fotografía”, opina el sitio digital dzoom.
La idea, como dijera el sitio digital webdefotografia.es, es “combatir contra las fotografías centradas.”
Ciertamente, algunas fotos requieren una composición centrada. Sin pretender que todas las fotos cumplan la regla, sí creo que al aplicar la norma, como guía o sugerencia, muchas fotos que ya has hecho y otras que harás, con un simple reencuadre, mejorarán drásticamente el drama de la imagen.
Lo ideal, a mi juicio, es lograr una buena composición desde el mismo instante en que tomas la foto, pero el efecto también puede lograse a través de photoshop(ver http://www.dzoom.org.es/noticia-1401.html).
Una interpretación de la Regla de los Tercios es la Ley del horizonte si se trabaja con paisajes. En lo que se refiere a esta ley, se dice que hay que ubicar el horizonte en la línea inferior, a 1/3 para darle prioridad 
al cielo o en la línea horizontal superior, a 2/3 para darle prioridad a la tierra. Esta regla es de aplicación tanto en fotografías apaisadas (horizontales) como verticales.
El sitio digital http://amoralestodofoto.wordpress.com, amplía al respecto: “Al aplicar esta norma no solo aprovechamos las intersecciones, sino que también aprovecharemos las líneas verticales y horizontales. Estas últimas son más importantes en la mayoría de los casos ya que darán más fuerza a tus paisajes y pueden llegar a cambiar el significado de estos por completo.
“A no ser que intentes transmitir una idea o sentimiento concreto al situar el horizonte de tuspaisajes en el centro, si sitúas el horizonte en una de las líneas imaginarias horizontales estos tendrán un impacto mayor.
“Por ejemplo, en un paisaje con un cielo totalmente despejado y un prado atravesado por un camino de piedra, con una casa al fondo y todos los complementos que se te ocurran… en tanto que el cielo está totalmente despejado y no añade información, podemos aprovecharnos de esto para subir el horizonte hasta el tercio superior y llenar los dos tercios inferiores con la información.
“Al igual podemos usar esta técnica en un caso contrario. En una imagen con un cielo con nubes atractivas, tonos rojizos por el atardecer y con un terreno ‘aburrido’, preferiríamos bajar el horizonte hasta el tercio inferior y llenar los tercios superiores con el cielo.
Estos puntos se seleccionan inversos para determinar los centros de atención principal y secundarios de la composición.”
Algunos consejos, del sitio digital: http://www.aloj.us.es, que podrán ser de ayuda: «No es necesario ocupar todas las líneas ni los puntos, sino situar sobre cualquiera de ellos el elemento principal y si existe, un segundo o complementario en su lugar opuesto.
Cuando en una escena hay dos o tres motivos con la misma fuerza que el principal, se establece un competencia entre ellos que genera confusión en el observador y perjudica la fotografía.
De esta regla se desprende una de las normas más conocidas en fotografía de paisajes, la de no situar nunca el horizonte en el centro del fotograma.
En caso de que en la foto hubiera dos centros de interés, es recomendable buscar dos de estos puntos, y siempre que sea posible opuestos, formando una diagonal en la foto.
«Ayúdate de las formas diagonales en tus imágenes para guiar la visión del observador a lo largo de tu fotografía. Recuerda una fotografía es una historia y al contrario que con las historias no tienes más palabras que una imagen. »
Al respecto explica el sitio digital:http://032222e.netsolhost.com,»Si te imaginas una línea diagonal en el visor (“view finder”) de tu cámara de una esquina a la otra como se muestra en la figura abajo y luego trazas líneas imaginarias desde las otras dos esquinas para que se encuentren con la diagonal formando un ángulo recto, crearas los dos puntos llamados los puntos áureos, sobre uno ellos deberás colocar el elemento principal de tu composición y si existe un segundo elemento importante deberías colocarlo en el otro punto creado. Las líneas que se forman te servirán de guía para tu composición garantizando un equilibrio estético y agradable al ojo humano.»
«Vista de la montaña, la línea diagonal sirvió como guía y el pico principal se colocó en el punto áurea superior izquierdo.»
«Aquí se muestran los cuatro puntos áureos, dos formados por la diagonal verde los otros dos por la diagonal roja. Como vez los botes fueron colocados en dos de ellos.»
Se dice que una imagen vale más que mil palabras. Nada, que ya vemos como entre mar y tierra no hay nada oculto y que bien puedes encauzar el rumbo de tus fotografías y emplearlas para contar tus historias desde tu punto de vista.
POLVO DE MARIPOSA 